Lunes 5 de diciembre. Ruta Siurana.

Aunque habíamos pensado madrugar, no lo hacemos… es que hace mucho frío y se está a gusto en la furgo calentita…




A las 10.30 llegamos de nuevo a Siurana, y es que nos ha gustado este pueblo y nos quedamos con las ganas de hacer la ruta completa… no nos arrepentiremos!!!

Desde el parking 2 sale la ruta que va en primer lugar pegada al acantilado, desde donde se vislumbra todo el precioso valle (esto es lo que ya hicimos ayer). Esta es la ruta que tomaban la gente del pueblo para bajar a trabajar los huertos al río. En un momento dado, la ruta comienza a descender con una buena pendiente y en una media hora alcanzas el río. Nos asusta ver la bajada porque nos tememos una subida similar, pero finalmente resulta mucho más relajada… 

Al llegar al río se toma la senda que une Cornuella de montsant con Siurana. Esta es una senda amplia que te lleva por la base del valle y te deja disfrutar de sus cambios de colores, especialmente en esta época del año. 








La sierra de Montsant es espectacular. La parte baja es de piedra calcárea roja mucho más moldeable que la blanca que forma la cumbre. Esto hace que esta parte baja esté llena de grutas, y formaciones escultóricas… Gaudí dicen que se inspiró en gran medida en las formaciones de estas rocas y no nos extraña nada!!!

Cuando se alcanza la base de la sierra donde se ubica Siurana, la ruta vuelve a ascender por un camino estrecho que acompaña a esas formaciones de roca roja y tan bellamente moldeada que no deja de extraernos expresiones de asombro,,. Nos recuerda mucho al Uluru en Australia o a Spizkope en Nambia… belleza pura.





Tras el esfuerzo final, volvemos a alcanzar el pueblo de Siurana con su singular belleza. Fue el último pueblo que cedieron los musulmanes en la caída del imperio y dicen que la hija del Valí, como no quería caer e manos de los cristianos, se tiró con su caballo por el acantilado… aún se puede ver la huella de la herradura del caballo al frenar.

Tras comer en la furgo nos vamos de nuevo a Reus. Hoy es más pronto y queremos ver el museo de Gaudí, que, sinceramente, no nos defrauda…. Es una pena que nadie sea profeta en su tierra y que no dejara ninguna de sus obras entre sus calles… Pero el museo merece la pena porque explica muy bien su trayectoria y las influencias que tuvo su arte… su máxima inspiración era la naturaleza, como él decía “ser original es volver a los orígenes!”. La verdad que no resulta difícil ver parte de la sierra de Montsant en sus obras…



Tras tomar otro chocolate calentito en la Plaza del Mercadal nos vamos a buscar otro sitio para pernoctar en otra zona de la sierra, ya de camino a casa.

Finalmente, dormimos en el Pinetel, en las Montañas de Prades, al norte de la Sierra de Montsant. El pueblo es una aldeita muy tranquila y para variar, estamos solas para dormir.




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